Pero ya pa’ qué lamentarnos, decir “si hubiera” o llorar por toda la destrucción que se ha ocasionado.
Ahora sólo queda decir “sálvese el que pueda”, no respiren el humo, no suban la montaña porque es peligroso, recen para que llueva.
Pero el daño ya está hecho, el planeta está herido, nuestra montaña arde, los Frailejones y muchas otras especies de animales, árboles y plantas han quedado convertido en cenizas y de allí no van a resurgir porque no son Ave Fénix.
Los humanos corren peligro de asfixiarse o perder sus viviendas. Pero nosotros mismos somos culpables de lo que está ocurriendo, porque llevamos años hablando de lo mismo.
Cuida el agua, recicla, no arrojes basura, no hagas fogatas, no cortes árboles, siembra, cuida… Pero ya pa’ qué…
¿Cuánto nos va a durar la conciencia y el lamento?
Con el tiempo nos acostumbraremos a que nuestro planeta sea un desierto, a que el aire esté contaminado, a que el agua sea un privilegio de pocos, y a que cada vez más especies se estén extinguiendo…
¿Qué podemos hacer en vez de quedarnos viendo lo que está sucediendo? No es necesario vivir en el lugar de los incendios para tomar conciencia, porque en cualquier lugar que estemos, hay árboles, montañas, ríos, mares, ecosistemas que están en peligro de desaparecer por completo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario