Con el nuevo año no van a suceder actos de magia, nada va a desaparecer o aparecer con un agüero o chasquido de dedos, ni siquiera con una oración; el cambio lo hará cada uno, de acuerdo como decida vivir cada día, luchar por sus sueños, soltar o tomar la mano de Dios y enfrentar lo que encuentre en el camino.
Porque si sigues haciendo lo mismo, pensando igual, actuando y sintiendo igual, nada en tu vida cambiará y sentirás que cada año es repetido. Pero si, aunque todo alrededor sigua igual, estés en el mismo lugar, con las mismas personas, haciendo quizás lo mismo, pero con pensamientos y actitudes diferentes; entonces, sentirás distinto y seguramente, obtendrás otros resultados. Pero eso sólo depende de cada uno, porque somos los que hacemos que, aunque todo sea lo mismo, se viva y se sienta diferente.
Algunos partieron al cielo, otros cambiaron el rumbo, están los que continúan en el mismo camino; para todos ellos gratitud y para los que llegarán, desde ya, que sean bienvenidos.
Que las experiencias del año anterior se transformen hoy en enseñanzas para saber que hacer o decidir con los desafíos que este año traiga.
Y por Fe te puedo decir, que, aunque todo parezca igual, con Dios o sin Dios, no es lo mismo.
Yo decido vivir este nuevo año con Dios y que El sea la luz en mi camino y la fuerza de mi vida; en sus manos coloco cada paso, proyecto, sueño o decisión, para que al final mi acción de gracias sea para El, por todo lo vivido.
Porque si sigues haciendo lo mismo, pensando igual, actuando y sintiendo igual, nada en tu vida cambiará y sentirás que cada año es repetido. Pero si, aunque todo alrededor sigua igual, estés en el mismo lugar, con las mismas personas, haciendo quizás lo mismo, pero con pensamientos y actitudes diferentes; entonces, sentirás distinto y seguramente, obtendrás otros resultados. Pero eso sólo depende de cada uno, porque somos los que hacemos que, aunque todo sea lo mismo, se viva y se sienta diferente.
Algunos partieron al cielo, otros cambiaron el rumbo, están los que continúan en el mismo camino; para todos ellos gratitud y para los que llegarán, desde ya, que sean bienvenidos.
Que las experiencias del año anterior se transformen hoy en enseñanzas para saber que hacer o decidir con los desafíos que este año traiga.
Y por Fe te puedo decir, que, aunque todo parezca igual, con Dios o sin Dios, no es lo mismo.
Yo decido vivir este nuevo año con Dios y que El sea la luz en mi camino y la fuerza de mi vida; en sus manos coloco cada paso, proyecto, sueño o decisión, para que al final mi acción de gracias sea para El, por todo lo vivido.
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