A veces los derechos humanos se vuelven injustos, cuando las personas nos olvidamos de los deberes, las simples normas de convivencia y sobre todo los valores morales, espirituales, sociales entre otros. Porque una persona que no cumple sus deberes y que deforma en su vida los valores, puede exigir sus “derechos” y recibir privilegios que no se merece y que atentan contra su dignidad, aún, cuando haya atentado contra la dignidad de otro.
Vivimos en un país, en que al que roba una gallina le dan palo y lo meten a la cárcel, pero al que roba millones con saco y corbata, le dan privilegios. Un país, en el que, si alguien mata a 2 personas, le cobran uno entero y el otro un pedazo; un país, en el que sobre el pobre cae todo el peso de la justicia, pero el rico paga para que no lo condenen. Un país en el que simplemente la vida y la dignidad de “algunos” no vale nada.
Y es ahí en el que muchas veces los abogados tienen que defender como “inocente” al culpable; y los fiscales, “culpar” al inocente… A la cárcel sin privilegios van pocos; mientras que a los que tienen “palanca y dinero” los mandan a su casa cómodamente. Todo por la “Justicia Injusta” de nuestro país.
Lo más triste es que nuestros niños y jóvenes son testigo de eso, aprenden a mentir y ser deshonestos desde casa, cuando escuchan y muchas veces tienen que apoyar las mentiras de sus padres o ven los chanchullos que algunos hacen para obtener beneficios y evitar deberes o responsabilidades.
Yo no soy quién para juzgar, pero es la reflexión que me hago como Maestra y el dolor que me da con mi patria, con el mundo y sobre todo con las nuevas generaciones por lo que les enseñamos y la herencia que les dejamos; porque estamos en los tiempos en los que “todo se vale” y “todo es normal”, el concepto de familia se ha deformado, los hogares son inestables, el amor es desechable, las promesas quedan en el aire, la vida no vale nada y para muchos es mejor enseñarles a tener “malicia” que tener “bondad”.
Hay tantas historias crueles y dolorosas que no se han contado porque no son de ricos ni de famosos, en las cuáles la justicia ha sido demasiado injusta; pero como son de personas sin dinero y sin posición, las desconocemos, pasan desapercibidas o las ignoramos. Eso es lo injusto de una sociedad clasista, racista, egoísta que vive sólo de apariencias y es vacía.
Pero no perdamos la fe ni la esperanza, que aún queda mucha gente honesta, trabajadora; aún hay muchos hogares fortalecidos y responsables en la educación de sus hijos; aún hay muchos niños soñadores y jóvenes comprometidos; aún hay mucha gente en la que podemos confiar, amigos incondicionales, personales leales, profesionales honestos. Apostemos por ellos y tratemos de hacer vida estas dos frases que tanto repetimos: Tratar como queremos ser tratados y no hacer a otros lo que no queremos que hagan con nosotros; así de simple. #reflexionesdiarias #Sociedad #Justicia #injusticia
Kary Rojas
@karyrojas1528 en Instagram
Soy una mujer colombiana, con acondroplasia, el tipo más común de enanismo que existe. Soy escritora, conferencista motivacional, maestra y músico. En este blog comparto mis reflexiones, escritas para cualquier persona que quiera vivir a la altura de las circunstancias, a la vez que sirve para transformar las miradas de la sociedad, frente a las diferencias y la discapacidad; y así logremos un mundo más equitativo, incluyente, donde predomine el respeto y la dignidad hacia cualquier persona.
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