Soy una mujer colombiana, con acondroplasia, el tipo más común de enanismo que existe. Soy escritora, conferencista motivacional, maestra y músico. En este blog comparto mis reflexiones, escritas para cualquier persona que quiera vivir a la altura de las circunstancias, a la vez que sirve para transformar las miradas de la sociedad, frente a las diferencias y la discapacidad; y así logremos un mundo más equitativo, incluyente, donde predomine el respeto y la dignidad hacia cualquier persona.
sábado, 8 de enero de 2022
LLEGÓ EL DIA
Llegó el día en que la muerte se convirtió en un derecho para los que quieren morir y para los que quieren matar a los que no son deseados para venir al mundo y decidir.
Llegó el día en que un celular, un disgusto, algo de dinero, vale más que la vida.
Llegó el día en que todo es normal, si todo el mundo lo hace, aunque dañe a la humanidad.
Llegó el día en que los hijos controlan a los padres y los padres dejan el control de todo a los hijos.
Llegó el día en que el ser humano se cree dueño de todo, aunque no sea suyo.
Llegó el día en que tener malicia es mejor que tener bondad en el corazón.
Llegó el día en que teniendo acceso a todo tipo de comunicación, ya nadie se comunica.
Llegó el día en que los que quieren tener hijos no pueden y los que pueden deciden matarlos o no tenerlos.
Llegó el día en que todos piensan en sus derechos, pero se olvidan de cumplir sus deberes.
Llegó el día en el que lo único que duele es lo que sentimos, pero lo que siente el otro no duele.
Llegó el día en el que las máquinas reemplazaron a las personas y las personas ya actuamos como máquinas.
Llegó el día en que reemplazamos los árboles por edificios y luego de calor nos quejamos.
Llegó el día en el que le tenemos miedos a los demás y desconfiamos hasta de nosotros mismos.
Llegó el día en que le perdimos el miedo al covid y el covid se ha hecho dueño del mundo.
Llegó el día en el que preferimos la oscuridad a la luz, deformamos el arte y su esencia, hicimos del amor y la amistad, sentimientos desechables.
Suena desesperanzador, pero la verdad es que llegó el día en que sacamos a Dios de nuestras vidas y desde ese día ya nada es lo mismo. Pero, aunque llegó el día que nunca quise que llegara, sigo viviendo cada día con fe, esperanza y amor, tomada de la mano de Dios, para tratar de que sean diferentes los espacios en los que habito.
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