Sino planeamos, nos planean…
Sino planeamos, improvisamos, dudamos, y la vida se
convierte en un vaivén de un velero que se mueve al antojo del viento.
Desde que abrimos los ojos, debemos ejecutar un plan;
en el trabajo, en lo que soñamos, en todo lo que anhelamos para nuestra vida,
hay que planear, para que se haga realidad.
Y si, aunque hay cosas que no se planean y suceden,
aunque en cuestión de sentimiento, no hay nada que planear, porque nacen y
pasan sin avisar; en muchas cosas más de nuestra vida, lo que nos llevará a la
meta, es lo que hayamos planeado y cómo lo realicemos…
Planear permite poner orden e impulsarnos a dar el
paso.
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