Ofrecer cada comienzo, el del día, el del año, el de
un proyecto, una relación; cualquier cosa que iniciemos, tiene sentido cuando
la ofrecemos a Dios…
Ofrecer como gesto, las cosas más sencillas que no
tienen precio; pueden forjar lazos, reparar, sanar y darles vida a nuevos
sentimientos…
¿Qué tengo para ofrecer y cuál sería mi ofrecimiento?
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