Y traté de descifrar lo que sentía, pero descubrí que no siento nada diferente, porque mi baja estatura es lo que menos me interesa y menos me importa, por eso se me olvida.
No es que me crea grande, pero tampoco me siento pequeña. Simplemente no me mido, sólo me siento Kary; he aprendido a vivir y realizarme desde mi cotidianidad, con lo que soy y tengo; por eso se me olvida que tengo una condición, porque no me he dejado condicionar por ella; no encuentro problema o pequeñez en tener que ingeniármelas por alcanzar algo, porque me he hecho fuerte y recursiva y empática con cada intento de subirme a un banco, pedir ayuda o buscar la forma de superar todo lo que tenga que enfrentar.
Se me olvida que muchos me ven diferente, que quizás mi molde es distinto; pero sé que, aunque no mido más que 1,20 de estatura, estoy siempre a la altura de cualquier circunstancia, porque jamás me he rendido.
Siempre he sido así como soy y nunca me he imaginado de otra manera, ni he añorado ser de otro modo; aprendí a ver desde abajo la grandeza del cielo, a esforzarme un poco más en todo, a caminar con pasos cortos, pero con pisadas firmes y llegar hasta donde quiero.
Se me olvida que soy pequeña, aunque confieso y reconozco que quizás me cuestan un poco más ciertas cosas; también puede que en algún momento me toque enfrentar miradas o palabras que me tocan; pero no me debilitan ni derrumban, ni hacen que me vea de otro modo; porque sé quién soy y me veo con los ojos de Dios, por eso no cambiaría nada de lo que me ha dado; soy su obra, su creatura y así me amó, me soñó y me creó. Cuando entendí eso me olvidé de cómo me ve el mundo y me enfoqué en verme con sus ojos; desde ese momento no me mido, ni me comparo, simplemente me amo y amo cada parte de mi cuerpo, con sus limitaciones y capacidades, porque son las que me hacen humana las que me permiten romperme, modelarme y transformarme; y las que me han enseñado a ser quien soy y llegar hasta donde estoy hoy.
Se me olvida que tengo una condición, porque no me condiciona ni mucho menos me define; pero no se me olvida que debo trabajar por un mundo inclusivo donde todos podamos ser vistos desde nuestra individualidad, tener los mismos derechos y poder vivir, crecer y participar libremente con dignidad y equidad.
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