Y de
repente alguien le preguntó a mi loca: ¿Cómo puedo aprender a nadar en un vaso
de agua?...
Te
lanzas, de clavado, sin miedo a darte con el fondo, porque cuando quieres nadar
un vaso de agua sabes que la dimensión de lo que ves, es pequeña, no es lo
mismo que sumergirse en un océano. Pero si tienes miedo de ahogarte en el vaso,
es porque a la vez reconoces que lo que te impide avanzar no es muy profundo,
es pequeño.
Para
aprender a nadar, se necesita lanzarse y patalear… ¿Sabes que es patalear?...
dar brazadas, mover las piernas, no dejarte ahogar, no paralizarte, ni
estresarte, simplemente luchar, moverte, desacomodarte… de este modo te
mantendrás en la superficie, no te ahogarás…
Patalear
agota, y si te cansas, puedes sumergirte y quizás tragar agua… pero eso no
quiere decir que ya te rendiste, que moriste en el intento… No, eso significa
que estas batallando, estás luchando, no es fácil, pero es posible hacerlo.
-
Así como me lo dices, se ve difícil… lanzó otras
de sus preguntas a mi loca…
¿Qué
prefieres, fácil o posible?... le respondió ella, con otras de sus preguntas…
Así es mi loca, ama las preguntas y a
veces cuando quiere dar respuesta a algo, lo hace con un interrogante más
grande que el primero que le lanzaron.
Lo
fácil pasa desapercibido, se vuelve rutinario, ni te das cuenta que lo hiciste;
pero cuando logras o alcanzas, algo que veías posible, sientes más seguridad de
hacer todo lo demás.
-
¿Cuánto demora aprender a nadar?
La
vida no es una escuela que te ofrece un número de años para aprender; si
supieras cuanto duran las cosas, dejarías todo para última hora… Así somos los
seres humanos…
Si
le pones fecha al aprendizaje, estarás más pendiente del tiempo, que de las
cosas esenciales, le pondrás principio y fin a los esfuerzos, serás de los que
miden los logros solo con el tiempo…
Para
Dios, el tiempo no se mide con días, meses o años… Su tiempo es cada instante
de vida que nos va regalando a diario…
Y
por último… el más grande obstáculo es el miedo, eso es lo que hace que nos
ahoguemos en un charco, en un vaso de agua, hasta en un gotero… Si tienes Fe en
Dios y confianza en ti mismo, si te lanzas y no dejas de patalear, respirando
profundo; si te alivianas en el amor de Dios, no solo aprenderás a nadar, sino
que flotarás, harás la plancha y hasta sentirás que es un deporte lanzarse a la
vida y vencer esos vasos de agua ante los cuales muchas veces nos acobardamos y
nos sentimos ahogar…
Así
que, a la 1, a las 2 y a las 3… lo que tienes en frente es un vaso de agua,
medio lleno o medio vacío, de acuerdo a como lo quieras beber…
Cuando
mi loca me contó de esta charla, me quede pensando en mi vasos de agua y me
dije, flotaré en el amor de Dios y aprenderé a nadar con mi Fe…
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