Cuando llega
la noche y todos duermen, en muchas cabezas se suelta la loca…
Y es ahí
donde aparecen las tristezas no expresadas que quedan escritas con lágrimas en
la almohada… y salen a flote todos los
miedos, que se empeñan en robarnos los sueños que aún tenemos…
Hay noches
en que a la loca le gusta hablar con sus
propios pensamientos; y si tiene musa se inspira; y si se desvela, cuenta
ovejas o se aferra a lo que la asusta o mortifica…
En la
noche, cuando todos callan, se desbordan de la loca de la casa, todas las
palabras; se confiesan amores, se confrontan sentimientos, salen a relucir las
frustraciones…
Se esconden
las máscaras que nos salvan en el día de ser descubiertos en aquello que no
queremos que el mundo note, pero que somos o tenemos dentro…
Es en la
noche cuando en todo lo que nos decimos y pensamos, nunca nos engañamos ni nos
mentimos; hasta las culpas salen a recordarnos los errores que cometimos…
Y se suelta
loca a sacar todo lo que guardamos, a decir lo que no nos atrevemos a
mostrarnos lo que escondemos, a enfrentarnos cara a cara con nuestros miedos…
Solo cuando logras aplacar todo eso, empiezan a
pesar los párpados, surge el cansancio y llega el sueño; solo estando en paz
con Dios, con los demás y con nosotros mismos, elevando una oración al cielo,
es que prefiere descansar y dormir plácidamente, la loca con sus pensamientos…
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