En pleno siglo XXI vivimos
en una sociedad que te exige cada vez más para sentirte parte de ella y juzga o
discrimina de acuerdo a las apariencias.
Es una sociedad, que inventa
conceptos para señalar; impone modas que no a todos acomoda; le da otro sentido
a las fechas especiales, porque las comercializa, y usa todo esto para señalar,
excluir y discriminar.
Existen modismos o expresiones,
que se usan con frecuencia en algunos países latinos, entre ellos, mi tierra,
Colombia; con los cuáles se señala, define y se mide a las personas, de la
siguiente manera.
1.
TIENEN CLASE O NO TIENEN CLASE:
Se dice que una persona tiene o no tiene clase, si ha estudiado en
colegios y universidades de prestigio, si vive en barrios privilegiados, si se
viste con marcas y si tiene coches o autos de lujos…
No tener clase, es no tener la misma educación, vivir en barrios de
bajos estatus, vestir con ropa que no es de marca y andar en taxi o en bus.
Se cree que los que “tienen clase”, no roban, no cometen delitos, no
fallan; o si lo hacen, para ellos la ley tiene un precio y se paga por salir
ileso de cualquier error.
Sienten que “la clase” les da privilegios y los exime de normas o
leyes. Es ahí donde se escucha la frase común de : “¿Usted sabe quién soy yo?”
Los que según, “no tienen clase”, no son invitados a los eventos de
alcurnia, son mirados de manera despectiva, se refiere a ellos, con eso de “no tener
clase”, no son tenidos en cuenta, en ciertos círculos; y la ley se les aplica
al pie de la letra.
2.
SON HUMILDES…
Este es un adjetivo que según, se les coloca a los sujetos que viven en
el campo, los pueblos y barrios no privilegiados.
La humildad, no es sinónimo de pobreza material, sino pobreza de
espíritu. Son pobres de espíritu los que no viven de apariencias, los que saben
pedir perdón y perdonar; los que no conocen de odios ni resentimientos, los que
saben reconocer sus errores, los que no se sienten más que nadie.
Qué errados están los que consideran, que hablar de personas humildes,
es hablar de carencia de recursos, vestir sencillos, trabajar intensamente por
el sustento y el pan.
La humildad es un valor que
necesita la humanidad, más sin embargo, lo dejamos de lado, porque creemos que
para tener los privilegios de la sociedad, no podemos asumirla, porque sería
aspirar a no tener nada.
3.
SON FAMILIA DE BIEN…
En mi país y en algunos de
América Latina, hablar de “Familia de Bien” es hablar de apellidos, de
apariencias, porque muchas veces ni siquiera es hablar de riqueza. Hay quienes
dicen ser parte de una “Familia de Bien” y no conocen de caridad, de sencillez,
de respeto, de humildad… y hay también algunos de estos que aún se crean “de
bien” en realidad no tienen dinero y solo viven manteniendo un status que les
levanta el ego y les alimenta los complejos.
Muchos de esos miembros de
familias de bien, se pelean entre hermanos por herencias, no se acuerdan de sus
hijos, prefieren llenarlos de regalos materiales que de amor…
Hay también aquellos que
creyéndose familia de bien, pasan por encima de otros y en realidad, muchos son
deshonestos, no saben de amor, de perdón, de humildad y agradecimiento.
4.
TIENEN BUENA PINTA O BUENA
APARIENCIA…
Se refiere a la manera de
vestir, si usan buena ropa, si se maquillan bien o si clasifican dentro de las
medidas estándares o los moldes que definen la buena apariencia.
Se mira con malos ojos a
personas que no visten a la moda, o con ropa de clase o nueva; también y quizás
mucho más, a las que usan tatuajes, pirsin, accesorios que expresan un sentir,
más no define una manera de vivir.
Para la sociedad, es
importante tener buena pinta, eso te quita las sospechas ante un delito; cuando
en realidad, hay muchos ladrones de saco y corbata en el mundo.
Qué errados estamos los
seres humanos que vivimos de apariencias y discriminamos por lo que a simple
vista se ve.
Hoy en día según todo esto,
hay que tener buena pinta para ser bien visto y tener una carta de presentación
en las manos que nos abra las puertas sin tanto esfuerzo, solo estar maquillados
y bien vestidos.
Para quienes creen que la
felicidad o el valor de una persona, está en todo esto, qué errados se
encuentran, viven de superficialidades y de apariencias.
El clasismo, la vanidad y
la moda, no las inventó Dios, son cosas de los seres humanos, para discriminar,
hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres; fortalecer la sociedad
de consumo, vender una falsa apariencia y sentirse más o menos de acuerdo a
todo eso.
Hay quienes sin encajar en
ninguno de estos aspectos, tienen la verdad, conocen del amor, saben de valores
mucho más que los que se visten bien, hablan elegantes y tienen dinero para
comprar el poder.
Si Clase, sin pinta, sin
tener una familia de bien; se puede vivir feliz y en paz, con los pies en la tierra,
la mirada en el cielo, viendo más allá de las apariencias, siendo humildes y
viviendo a plenitud el amor.
Kary Rojas
Maestra, Conferencista y
Escritora Motivadora
Cartagena Colombia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario