“Ya
de seres humanos, hemos perdido lo humano”… ¿Hasta dónde llega la crueldad y lo
inhumano en lo que nos hemos convertido?, si somos capaces de torturar, violar
y matar; si no nos medidos para tomar la justicia por nuestras manos, porque la
justicia humana no sirve y la Divina la vemos incierta y lejana?.
Hemos
perdido la humanidad, a tal punto de que las personas son cifras de ganancia o
pérdida, obstáculos o trampolines en el camino, compañía que se usa o se deja.
Hemos
perdido la humanidad, de tal manera que somos solo espectadores, comunicadores,
que antes de intervenir o hacer algo, preferimos grabar, tomar una foto,
mantenernos al margen o simplemente pasar de largo.
Hemos
perdido la humanidad, y ya el maltrato a animales es una diversión; la destrucción
de bosques una inversión y el abuso a seres humanos, un inmenso placer que si
se vende puede enriquecer.
¿Hasta
dónde llega la crueldad humana? Ya no tiene límites; las personas se han vuelto
violentas, cuantificadas, interesadas, realmente inhumanas.
Estamos
lejos de Dios, no respetamos nada, ni los credos, ni las posturas políticas, ni
los sentimientos; vivimos en constantes batallas, con nosotros mismos, con la
familia, con las personas que están a nuestro lado.
La
libertad no es abuso de poder, ni de palabra, ni de espacios, ni de posturas,
ni de roles, ni de estatus; usamos la palabra “Libertad” para llevarnos el
mundo por delante.
Ya
de seres humanos, nos queda solo lo de seres, porque estamos vivos; pero lo
humano lo hemos perdido; usamos la necesidad del otro para publicar las obras
buenas que hacemos y que el mundo sepa que somos buenos; cuando en realidad lo
que vale son las cosas que se hacen en silencio.
Señalamos
los pecados de aquellos, que pecan diferente que nosotros o aún los que fallan
tal cual como fallamos, pero lo ideal para todos, es juzgar y no ser juzgados.
Y
Dios?... le culpamos de no hacer nada, de las cosas que pasan, de ser
indiferente o de castigarnos con la crueldad humana… no es Dios, porque el
mismo quiso hacerse Hombre y sintió en carne propia la crueldad del mundo que
Creó, pero aún así, su respuesta siempre fue, ha sido y será el amor y el
perdón.
Lo
humano lo hemos perdido, porque nos soltamos del amor Divino, porque queremos
andar sin control por el mundo, sin límites, sin normas, haciendo lo que nos provoca.
Cuando
se pierde el respeto, se deteriora lo humano, se le da cabida a la
intolerancia, se abusa de la libertad, se genera la violencia y se asesina la
paz.
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