
Y cuando intentamos tratar de fingir que no nos dolió, es porque es muy profunda la herida y más grande el dolor… Y al decir que nos suelten y que es mejor que se alejen, tal vez lo que estamos diciendo es, que nos abracen aun mucho más fuerte y nunca nos dejen… Es que hay cosas que cuesta demasiado expresarlas y decimos lo contrario a lo que realmente se siente…

Luchamos por reparar lo que dañamos y a veces entre más nos esforzamos por arreglarlo, más lo arruinamos… Nos levantamos para caminar y poder llegar, pero de nuevo y con la misma piedra, tropezamos… No es que el universo conspire, es que que a veces la humanidad se nos sale de las manos…
Y en ese espíritu de contradicción que suele en ocasiones invadirnos, hacemos daño a quien más amamos, perdemos lo que más hemos querido, sentimos lejos a los que están cerca, buscamos a los más lejanos, vemos más las cosas malas y las buenas las ignoramos, se nos olvida dar gracias, mientras a cada rato nos quejamos…
Es la lucha que a diario tenemos para vencer nuestros miedos, aquellos que nos inculcaron las circunstancias, los demás, y están los que nos inventamos, esos que a veces intentan dominarnos, también aquellos que en el vivir enfrentamos…

Pero esto no es un pecado, es esa batalla campal que solemos tener los seres humanos, cuando reímos al querer llorar, y lloramos cuando más felices estamos…
Nos callamos en los momentos en que más necesitamos hablar; y hablamos más de la cuenta cuando urge que nada digamos… soltamos a quien nos ama más y nos quedamos al lado de lo que nos hace daño, parece que camináramos contracorriente, en un mundo donde para vencer, toca a veces fingir ser un poco demente…
Por eso nos cuestionamos, a quién o qué le hacemos caso? A lo que nos dicen o nos hacen, a lo que suponemos pero realmente nadie sabe, a lo que a simple vista se ve pero parece que así no es, a lo que se observa al derecho o se percibe al revés? A lo que afirman unos o a lo que otros niegan, a lo que buscan muchos o a lo que tantos dejan… A lo que sentimos o a lo que pensamos, a lo que necesitamos o a lo que nos conviene pero asumirlo es muy complicado…
Es ahí donde lo que más necesitamos fortalecer y cuidar es la FE, porque pase lo que pase, sea lo que sea, nunca debemos dejar de CREER…
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