
A simple vista y por las apariencias, nos detenemos ante quienes creemos que la vida no les ha dado nada, pero realmente se sienten bendecidos y se gozan de todo lo que a diario reciben, desde lo más pequeño y sencillo… y aquellos que creemos que lo tienen todo y hasta envidiamos por lo que en ellos descubrimos, en el fondo experimentan vaciedad y sufren porque no poseen nada que los llene y les haga sentir paz. Así mismo, querer entregarlo todo sin guardarse para sí mismo nada, nos da la esperanza de recibir mucho más sin esperarlo… Es la realidad del todo o nada, es el riesgo que a diario corremos en ese dilema de entender lo que significa en muchos instantes de la vida.

Hay quienes creen sabérselas todas, pero realmente no comprenden nada; dicen mucho y tanto que no logran expresar mayor cosa… y otros en su silencio prudente, pasando desapercibidos, pareciera mucha veces como si nada hubiesen entendido, pero son los que realmente todo lo han asumido.
Ofrecer un abrazo y una sonrisa puede ser nada, pero para alguien puede significarlo todo; dar ese paso tan pensado, decir si o no, pronunciar aquello que cuesta tanto pero que otro necesita escuchar, podría ser nada pero lo podría implicar todo… sentirnos nada es tal vez sin darlo cuenta entregarlo todo; creernos el todo es no querer asumir que realmente somos nada… así es esto, por eso debemos estar muy atentos, porque la vida da muchas vueltas y hoy quizás podremos experimentar que tenemos todo y confiarnos en ello, y mañana tal vez las cosas cambien y no nos quede nada de eso.

1 comentario:
Todo a la nada, en una de esas llenemos la nada de todo.
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