Algunos dicen que van a visitar a sus seres queridos que están lejos, otros que volverán a sus trabajos o escuelas, que añoran saber que pueden abrir sus puertas para correr, caminar, cantar, bailar y abrazarse hasta no tener más fuerzas.
Pero, luego de sentirnos encerrados y vivir con ansias que nos liberen del encierro, después de tanto tiempo y tantas cosas que hemos vivido y de las que hemos sido testigos, será que allí en nuestro interior, ¿seguiremos siendo los mismos?
Nos vimos obligados a volver a casa y no buscar la excusa de “no tengo tiempo”, para compartir en familia o buscar un espacio para comunicarnos con amigos y personas con las que ya ni saludábamos, por estar tan ocupados.
Se nos desbarataron o aplazaron muchos planes que teníamos y nos tocó aprender a vivir el día a día con lo que hay y con los que están. Y qué decir de tantas “pintas” y accesorios que usábamos de acuerdo con la ocasión, y ahora reposan en un armario, sin ninguna utilidad y sin valor. En cambio, volvimos a lo más descomplicado y cómodo que podemos usar; pero si hay teletrabajo, nos vestimos solo la mitad, para tener una apariencia distinta que mostrar.
Salir es como ir a la guerra, es vestirse, como dirían los perros: “con bozal”, forrados de pies a cabeza y con miedo de tocar a alguien más… Parece que viviéramos nuestra propia película de ciencia ficción en la que nos invadieron aliens en forma de virus que se esconden donde menos imaginamos y quieren acabar con los seres humanos. Sólo los animales son verdaderamente libres, caminan por las calles que alguna vez les robaron para construir ciudades; respiran un aire más puro y nadan por aguas limpias, descontaminadas de las personas y sus desechos.
¿Será que algún día, cuando todo esto pase, ¿el mundo seguirá siendo el mismo? ¿Será que con el tiempo volvamos a buscar excusas para la familia y los abrazos; y sigamos contaminando el mundo? ¿Será que realmente nos sentiremos libres de apariencias y superficialidades, y valoraremos más las cosas sencillas y pequeñas? ¿Será que nuestra humanidad se renovará y aprenderemos a tener más consideración y misericordia con los demás, sin necesidad de pensar solo en nosotros mismos?
Hay quienes en medio de este camino aprendieron a creer en Dios o en dioses, otros fortalecieron la Fe tibia que tenían y están los que siguen agnósticos y viven de acuerdo con sus propios criterios y conclusiones; pero lo importante, sea cuál sea la espiritualidad o estilo de vida, es que no seamos los mismos y que aprendamos a ser mejores personas de lo que fuimos.
Algo tiene que cambiar en cada uno, porque afuera ya nada será igual; y las nuevas generaciones vivirán, pensarán y actuarán de otro modo, porque van a encontrar un mundo diferente. Tal vez nos cueste creer eso, tal vez ahora los sueños serán con los pies en el suelo bien puestos y tal vez, tengamos presentes a los que teníamos olvidados y ya no veamos la vida como espectadores, sino que aprendamos a vivir cada día, como si fuera el último que tenemos en las manos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario