MATAR EL TIEMPO…
No vivimos el momento, matamos el instante, queriendo vivir
en el pasado, lamentando el tiempo que hemos asesinado, o sino con el afán de
correr y adelantarnos siempre a los acontecimientos.
Así, no disfrutamos ni aprovechamos el tiempo, lo matamos, lo
desperdiciamos, lo saturamos llenándolo de ocupaciones, discusiones,
diversiones vacías, que solo nos dejan cansancio, soledad y muchos sueños perdidos
o muertos.
Matamos el tiempo que se nos da con los que amamos, le disparamos
excusas y pretextos.
Ahogamos el tiempo con todo aquello que creemos urgente, que
le quita lugar y valor a lo realmente importante y valioso que tenemos.
Y al final del día cuando nos preguntan como aprovechamos el
tiempo, haremos lista de las ocupaciones que tuvimos, diremos que agotamos todo
el tiempo, que no dejamos ni un espacio libre, quedamos agotados, nos quedó
mucho cansancio y ningún recuerdo.
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