No
dejes que llegue la duda a tus oídos, porque si toca lo que escuchas,
necesitarás amar demasiado para creer en lo que es verdad y no dudar ni mucho
menos desconfiar…
No
dejes que llegue la duda a un sentimiento que cultivas, porque empezará a
debilitarse, te confundirás y no sabrás si lo que sientes aún existe o ya no
está…
No
dejes que llegue la duda a un pensamiento, porque no encontrarás las respuestas
que buscas y por más que te ayuden con ellas, vas a dudar cual es la correcta…
No
dejes que llegue la duda con las cosas que te dicen, porque lograrán debilitar
lo que piensas y lo que sientes, por muy fuertes que sean…
No
dejes que llegue la duda, al corazón de quien amas, trata siempre de aclararle
lo que le inquieta, porque mientras haya duda no habrá confianza ni certeza de
nada…
No
dejes que llegue la duda, no la siembres, ni la alimentes, porque termina
robándose la paz y las cosas hermosas que tienes, aún las que parecían más
fuertes y eternas…
No
dejes que llegue la duda, no la provoques, habla siempre con la verdad, no te
alejes demasiado, ni juegues con ella, que es como la candela, cuando menos
pienses, te quema…
No
dejes que llegue la duda, por muy pequeña que sea, porque se instala, tortura,
te ataca la mente, los sentimientos, te quita todo aquello en lo que te apoyas,
desconfías de todo, no crees nada…
De
la duda surgen los celos, la desconfianza, la inseguridad en lo que te dan y
aun en lo que estás sintiendo y ofreciendo… La duda le roba la fuerza y
credibilidad a las palabras, enceguece el corazón, adormece el alma…
No
dejes que llegue la duda, no le abras las puertas de tus sentidos, cuando
intente entrar en ti, reza mucho, pídele al Mejor de los Amigos que te de
fuerzas y luz para que no te haga dudar nunca nada…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario