
Qué pasaría si supiéramos lo que va a pasar mañana o
más adelante, lo que hay dentro del corazón del otro, lo que esconden las cajas
de sorpresas, lo que es mentira y es verdad?
Qué pasaría si supiéramos cuándo se va a acabar el
mundo, cuándo llega la muerte por nosotros o por los que amamos, qué es lo que
nos tocará…
A veces hablamos y suponemos que todo lo sabemos, nos
adelantamos a opinar o juzgar, nos prevenimos y reprimimos, pero en realidad
nada sabemos…
Si supiéramos lo que va a pasar mañana, ya no tendría
ningún sentido esperar, viviríamos programados, sin ninguna clase de emociones,
porque aún para reir y llorar estaríamos preparados…
Si supiéramos lo que hay en el corazón del otro, no
haríamos nada por descubrirlo ni conquistarlo, sería muy difícil sentir amor,
porque es un sentimiento que sorprende y llega sin avisar al corazón…
Si supiéramos lo que hay dentro del otro, no nos
esforzaríamos por conocerlo, seríamos más razón que corazón, no brotarían los
sentimientos…
Si supiéramos lo que esconden las cajas de sorpresas,
ya no serían cajas de sorpresa, perdería emoción abrir los regalos, las
guardaríamos hasta que necesitáramos lo que están guardando…
Si supiéramos lo que hay dentro de las cajas de
sorpresas, se elegiría la que más nos conviene, discriminaríamos, perderíamos
la capacidad de asombro, dejaríamos de creer en la magia…
Si supiéramos lo que es mentira y verdad, nuestra Fe
sería programada, creeríamos en lo que vemos y sabemos, la confianza sería por
efecto y causa y no por mérito y sentimiento…
Si supiéramos lo que es mentira y verdad, no nos
esforzaríamos a descubrirlo, no entenderíamos lo que significa hablar y vivir
en la verdad…
Si supiéramos cuando se va a acabar el mundo,
estaríamos preparados, no aprenderíamos de la vida, ni viviríamos sorprendidos,
se nos acabarían las emociones y los sentimientos serían programados…
Si supiéramos cuando llega la muerte, tal vez diríamos
te amo, pero sería más por calmar nuestra conciencia y no porque brote
voluntariamente en el momento menos esperado…
Si supiéramos cuando se acaba todo, la vida sería
monótona y aburrida, contaríamos los minutos y las horas, no esperaríamos nada
nuevo solo que llegue ese día…
Si supiéramos todo, no nos esforzaríamos a conocer,
explorar, luchar por nada… Perderíamos la capacidad de sorprender y
asombrarnos, la Fe sería circunstancial y programada…
Si supiéramos todo, no sabríamos realmente nada, porque
no sabríamos de sentimientos que nacen y brotan de repente, ni de emociones
fuertes, ni de la esperanza del mañana…
Ante todo eso, es mejor no saber nada… Para buscar,
luchar por lo que queremos, aprender a valorar lo que tenemos y esperar siempre
en el amor de Dios que nunca nos falla…
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