Hay
una realidad, cuando pasa algo bueno o malo, todos hablan y opinan aunque nada
de eso sepan…
Muchas
veces y por lo general no hay conocimiento profundo de lo que sucede, pero la
gente habla igual, por lo que se supone o lo que cree…
Ante
lo que escuchan y ven, todos hablan y opinan… Como un teléfono roto que nunca
se termina, así llega la información a cada persona y así mismo la distorsiona…
Todos
hablan y opinan a costillas de cualquiera, sin importar de fondo cual sea la
realidad, por lo general se dejan llevar de las apariencias y lo que más agrada
es señalar y juzgar…
Todos
hablan y opinan de cualquier tema, menos de la vida propia cuando otros la
toman por su cuenta, ahí es donde se sabe lo que hablar y opinar realmente
cuesta…
Todos
hablan y opinan pero muy pocos actúan, es más fácil señalar, criticar que hacer
las cosas mejor que aquellas que tanto se comentan…
Todos
hablan y opinan más de las cosas malas que de las buenas, el ser humano tiene
la capacidad de ser amarillistas de cualquier clase de temas…
Todos
hablan y opinan, pero nadie hace nada para superar aquello que tanto señalan…
Qué fácil le es a la lengua moverse pero no salir de donde está para superar lo
que critica sin conocerlo realmente…
Todos
hablan y opinan, basta que pase algo para ver comentarios de todo tipo y color
por todos lados, los hay buenos y malos, los hay centrados y totalmente
desenfocados…
Todos
hablan y opinan de la vida y de la muerte, de los triunfos y derrotas, de las
cosas que sabe y las que no entiende, y es una necesidad hablar, pero no usemos
lo que decimos para dañar…
Tratemos
que nuestras opiniones no se basen en nuestros sentimientos personales, ni en
la frustración de querer hablar por hablar, pensemos en la trascendencia de
todo y sobre todo pongámonos siempre en el lugar de los demás…
Todos
hablan y opinan, sobre todo cuando se trata de juzgar, no demos papaya para que
no haya tantos que también de nuestra vida quieran hablar y opinar…
Si
tanto nos golpea la realidad del mundo y la que vivimos, hablemos menos y
actuemos más, en nuestras manos está el transformar la realidad de los que nos
rodea y nuestra propia realidad…
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