A veces no es que se nos cierre una puerta,
sino que con nuestras acciones nosotros mismos la cerramos…
A veces no es que nos abandone la persona
que amamos, sino que tal vez fuimos nosotros quien la soltamos o descuidamos…
A veces no es que nos causen una herida;
quizás lo que pasó es que nos duele el error que cometimos y lo que eso
ocasionó…
A veces no es que el profe te tenga la
mala, lo que ocurre es que tu actitud le pone resistencia y las cosas en clase
se vuelven tensas…
A veces no es que dejaron de querernos, tal
vez abandonamos y nos confiamos demasiado del sentimiento y poco a poco solito
fue muriendo…
A veces no es que nos dañaron el día,
quizás nos levantamos con la mirada nublada, los oídos bloqueados y el corazón
prevenido y a la defensiva, caminando en contravía…
A veces no es que nos pongan piedras en el
camino, sino que quizás nos tropezamos con nuestros propios miedos y vacíos…
A veces no es que cuando más lo
necesitemos, nos dejen solos y a la deriva… es tal vez que en esos momentos,
nos soltamos de todo y nos refugiamos en lo más oscuro que pensamos o sentimos…
A veces no es que estemos perdidos, lo que
sucede es que nos dejamos llevar de lo más fácil, que no nos lleva a ningún
lugar seguro y con una meta bien definida..
A veces no es que hayan tormentas en
nuestra vida, tal vez lo que pasa es que nos sentimos ahogar en ese vaso de
agua que quisimos rápidamente tomar…
A veces no es que Dios no nos escucha, lo
que sucede es que quizás cuando le hablamos no estamos seguros de lo que le
decimos y al no tener fe, es muy difícil que se haga realidad lo que tanto le
pedimos…
A veces no es que el camino esté en
tinieblas y oscuridad, puede pasar que lo estamos viendo con los ojos cerrados
o con lentes oscuros…
A veces no es que no seamos capaces de
realizar aquello que soñamos… lo que sucede es que quizás no lo intentamos las
veces que sea necesario y creyendo que podemos realizarlo…
A veces no es culpa de nadie lo que nos
está pasando, el mundo no está en nuestra contra, ni Dios nos ha abandonado…
tal vez en muchos momentos de la vida, lo que realmente nos está pasando, es
porque nosotros mismos sin querer y sin darnos cuenta las ocasionamos; por lo
tanto la solución no está escondida en ningún otro lugar ni depende de nadie
más, sino de nosotros mismos, de la FE y ESPERANZA que guardemos en cada
pensamiento, sentimiento y acción a la que nos abracemos y realicemos…
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