
Tiene dominio sobre nosotros, porque nos pone a correr aunque muchos tan confiados pretendan en él acomodarse y descansar; en realidad, los seres humanos nunca estamos conformes con lo que nos da, a veces sentimos que nos hizo falta, son muy pocos los que creen que fue justo y hay otros tantos que al no hacer ni encontrarle sentido a nada, sienten que duele demasiado el tiempo que pasa, experimentan que les sobra y quieren ponerle fin a lo que un día pensaron comenzar…
Cuando todo es pleno y quisiéramos que fuera para siempre el instante que estamos viviendo, es cuando menos miramos el reloj, para no ver como cada cosa cumple su ciclo y ese principio y fin lo marca y define el tiempo… es el quien decide cuando comienza y acaba una cita, una fecha, un beso, un abrazo o un acontecimiento, el nos hace testigo de cómo esperamos, llega y pasa aquel viaje y el paseo, la celebración, las vacaciones, el estar juntos, el vernos y despedirnos de nuevo, por qué es tan difícil eternizar los mejores momentos? Y por qué se hacen lentos y eternos aquellos que más nos duelen por dentro?... es ahí donde nos preguntamos, acaso es amigo o enemigo el tiempo?...
El tiempo se hace Maestro cuando nos enseña a valorar y disfrutar lo que tenemos, la niñez y juventud, las personas, las cosas, las oportunidades, todo lo que Dios nos regala en su momento, y que no es para siempre, porque todo tiene su principio y su fin, así es el tiempo…

El tiempo nos regala siempre una oportunidad que algún día se nos acabará y nos quedaremos con aquello que cuidamos y cultivamos, lo que en el compartir, multiplicamos… lo que disfrutamos y en nuestros recuerdos inmortalizamos, lo que nos quedó de aquello que fue tan importante, aunque lo hayamos perdido o se nos haya terminado… mientras estemos vivos se nos permitirá reconciliarnos con el tiempo y sentir que lo hemos aprovechado y valorado…
El tiempo nos hará reír, llorar, amarlo y odiarlo... empujarlo o detenerlo, fijarnos en él o ignorarlo… es tan real que aunque no lo vemos ni tocamos, deja rastros por donde pasa y tarde que temprano nos damos cuenta y contemplamos, el tiempo que ya ha pasado…
Algunos le llevan la cuenta, otros prefieren fingir demencia y no contar los segundos, minutos, días, meses y años que faltan o que han ido pasando… muchos lo acusan de robarle las fuerzas, la lozanía de la piel, los colores y la salud, dejando a cambio arrugas, fragilidad, cabellos blancos y tonalidades grises o sepia que hablan de las huellas que el tiempo a su paso deja…

Hay que darle tiempo al tiempo, para entenderlo, lograr lo que queremos, vivirlo, esperarlo, pasarlo, sanarnos, repararnos, alcanzar lo que soñamos… todo en la vida es regido por el tiempo, porque todo lo que se espera, llega y pasa, no en tu tiempo ni en mi tiempo, sino en el tiempo de Aquel que es su Dueño, porque lo invento y es quien rige su duración para cada uno, de acuerdo al tiempo que nos da y es de cada uno quien depende vivirlo o dejarlo pasar…
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