
En el momento de una discusión, nos olvidamos de todo y se pierde el control, se dice lo que no se quiere decir, nos domina la rabia y perdemos la razón; podríamos impedir sentir y causar dolor, si tan solo optáramos por callar y no avanzar más buscando un derrotado y un vencedor… Se lanzan expresiones sin pensar, se le permite a los impulsos actuar, creemos que llevarnos al otro por delante es defender nuestra propia dignidad, cuando asumiendo la actitud del que evita la pelea y discusión, es realmente el que tiene más dominio de sí, cordura y autocontrol…
Muchas veces somos conscientes de lo que está mal, pero distraemos nuestra conciencia asumiendo que hoy día todo es normal; se buscan excusas que adormezcan la voz que nos quiere cuestionar, pero muy en el fondo sabemos que no hay justificación para todo aquello que cause en el otro, heridas y dolor, o deteriore conceptos de moral, transparencia y fidelidad.

Realmente no somos conscientes de toda la tristeza y el dolor que podemos en otros evitar, si controlamos nuestros enojos, si nos sabemos dominar, si callamos palabras ofensivas, si no hacemos nada que a otros pueda dañar… si recogemos la basura que otros tiran y no dejamos que alguien se tropiece y se pueda accidentar; si somos prudentes en nuestras decisiones, si pensamos y reflexionamos muy bien antes de actuar…
No es necesario gritar fuerte para hacernos escuchar, ni golpear para que nos obedezcan o entiendan lo que queremos expresar; no ganamos nada si hablamos de los otros y pisoteamos su dignidad; no tiene sentido un puesto o una silla si tuvimos que hacer trampa, atacar por la espalda o meter zancadilla para poderla ocupar… los logros así no significan nada ni poseen valor, menos si se obtienen dañando a otros o causando dolor.
En nosotros está el poder para evitar una herida, una discusión, un dolor y hasta una frustración… de esto seremos consciente y nos daremos cuenta, si miramos más allá de nuestras ventanas y puertas, si salimos de nosotros mismos y pensamos en los demás, si buscamos ayudarle a otros a colmar su necesidad.
No alimentemos orgullos, odios, egoísmos y vanidad, si nos deshacemos de esos sentimientos mucho dolor podríamos evitar… trata de pensar siempre en tratar al otro como quieres que te traten los demás y no hagas a los que te rodean, aquello que no deseas te hagan jamás…
Con esta simple y tan profunda regla que la vida nos da, muchas tristezas, destrucción, divorcios, separaciones y guerras podríamos en el mundo evitar… pero cuesta demasiado vencer aquello que muchas veces nos ha de dominar, es urgentemente justo y necesario aprender lo que significa realmente el verbo AMAR…
3 comentarios:
Gracias Kary por tu articulo, todo esta en que lo queramos evitar.
S a l u d o s ,
Me permites que lo cuelgue en mi sitio
stripes33@hotmail.com
por si quieres verlo =D seguimos en contacto ya guarde tu block en mis favoritos.
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S a l u d o s .
Gracias Telsa... puedes colgarlo en tu blog...un abrazo desde Colombia
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