
Y tememos contagiarnos de epidemias y pandemias, haciendo de la situación una nueva oportunidad para pensar en nosotros mismos un poco más sin pensar realmente en los demás; acomodando la realidad hacia nuestra propia conveniencia, actuando de tal forma que no nos perjudique, sin hacer las cosas de la mejor forma, a tal punto que todo aquello que creímos nunca podría llegar, sea la oportunidad para que la humanidad se pellizque y empiece realmente a cambiar muchas actitudes que debemos deformar, para formar y transformar…

Culpamos a Dios de lo que pasa, asustamos a otros, diciendo que el mundo se va a acabar, criticamos la negligencia de aquellos que intentan hacer algo, mientras nos ubicamos en primera fila buscando beneficios propios, señalando o simplemente dejando el tiempo pasar… nos prevenimos de no contagiarnos, pero muchos estamos ya muy enfermos de vacios y soledades, resentimientos y maldades, indiferencias y mucho más… me pregunto: ¿ante eso qué estamos haciendo? Acaso solo viendo como entre nosotros mismos nos estamos contagiando, destruyéndonos, matándonos unos con otros, en el alma y en el cuerpo, hasta que ya no quede nada más…


Para no seguir en las mismas, necesitamos dosis de oración, tapabocas de insultos y calmantes contra la violencia, para no agredirnos ni humillarnos, hasta causarnos heridas realmente difíciles de sanar… regalemos sonrisas a montones, hagamos algo grande y productivo por los demás; aferrémonos a la oración sincera con la certeza de que el Amigazo la va a escuchar, cambiemos todas esas actitudes que nos roban la ilusión y nos encierran el corazón en armaduras contra el dolor, negándose así mismo la oportunidad de confiar, recibir y dar amor de verdad…
Estoy segura que con todo esto, las cosas serán diferentes, acabaremos con todos los males que están destruyendo a la humanidad, así todos nos vamos a salvar y a vivir por fin en paz…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario