
Una armadura con apariencia ruda te has colocado, piensas que a los débiles más cargas y trabas les colocan, es mejor aparentar que nada de lo que pasa te ha afectado; que todo en ti está perfectamente; aunque mil cosas oscuras y confusas pasen por tu corazón y por tu mente… te entretienes con todo lo que el mundo te ofrece, te sumerges en todo ello, para no pensar ni sentir todo aquello que a veces te atormenta, te hace llorar y sobre todo, mucha soledad vivir.

Muchos transitan por tu lado, se quedan con la apariencia que has mostrado, te juzgan por tu música y tu manera de vestir; te señalan por lo superficial que encuentran en ti; te reclaman y reprenden por tu actitud; no preguntan el porque, solo castigan y condenan; no entienden que más que vivir, intentas aprender a sobrevivir; que más que regaños y reproches necesitas mucha amor y comprensión; que no le pides mucho a Dios, solo realizar un sueño y ver a tu familia unida y llena de amor…
¿Por qué los adultos son así’ ¿Por qué creen que con llenarte de cosas y darte el estudio y el vestir cumplen con lo que les toca hacer por ti?... ¿Por qué se quedan en la apariencia, y no ven un poco mas allá, y se dan cuenta que esa risa escandalosa o esa rudeza, es una máscara que usas para no mostrar muchas veces lo mucho que has de sufrir?...

Con la excusa de calidad de tiempo más no cantidad; los padres se han perdido de ver a sus hijos crecer, no se dan cuenta de nada por lo que pasan, los sienten a veces demasiado grandes que creen que los problemas entre pareja y las dificultades laborales, ellos deben saberla y quizás hasta las pueden resolver…
¿Si seguimos así a dónde vamos a parar? Es la pregunta que solemos hacernos cuando nos golpea un poco lo que le está pasando a la humanidad… y cómo podremos ponerle punto final, a esta autodestrucción, si estamos privando a nuestros niños y jóvenes del tiempo que necesitan y sobre todo, de mucha comprensión y demasiado amor… en la cantidad y calidad está la solución…
KARY ROJAS
Esta reflexión va dedicada muy especialmente a las niñas y jóvenes que he encontrado y conocido durante mi caminar como Maestra... a tantos jovenes que me han escuchado y leido en mis conferencias y escritos, y muy especialmente, a quienes me abren su corazón, me hacen crecer con su riqueza interior y me permiten sentirme afortunada porque en mi han creido y confiado... Las quiero mucho...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario