sábado, 22 de junio de 2024

HAY GENTE QUE NO ME REGISTRA

En estos días me pasó algo curioso que suele pasarme cuando me encuentro con personas que quizás nunca se han encontrado cara a cara con una persona con ADEE y por no pecar en el trato, deciden nerviosamente ignorarme.

A mi casa llegó alguien a prestar un servicio específico y yo quise interactuar, apoyar y ayudar; pero en las veces en que hice algún comentario o daba algunas de las respuestas a lo que preguntaba, simplemente me ignoraba. Era como si no me registrara.

Creo que trató de ser muy respetuoso, que no sabía que simplemente debía verme y hablarme como lo haría con cualquier persona y que, al no querer equivocarse, prefirió por unos minutos ignorarme.

Así que decidí hacer lo que siempre hago y que me encanta hacer y fue seguir hablándole normal, para romper el hielo, lograr que viera más allá de una simple apariencia y se quedara con la persona con la que podía libremente interactuar.

Al final logró romper un poco la barrera, y salir de su asombro; creo que también logró transformar en algo su mirada y quedarse con la chica que le atendió y recibió sus servicios, firmó sus papeles y dio la cara.

Cuando se fue, le dije a mi madre: - “casi no me registró”; y ella me dijo que se dio cuenta de eso, el chico no se atrevía ni a verme y casi ni a responderme o hacer caso a lo que yo le decía.

Al final con mi insistencia casual, se logró romper el hielo e ir más allá de las apariencias; y sé que eso se llevó, a tal punto que tengo la certeza que si en algún momento nos volvemos a encontrar va a ser diferente. De eso se trata el transformar las miradas y educar a la sociedad, y lo hacemos cuando nos atrevemos a interactuar con seguridad y naturalidad”.

No se si a otros les ha pasado lo mismo de pasar desapercibidos y que la gente no los registre.

Confieso que se siente raro y a la vez me causa algo de gracia, porque todos en algún momento queremos ser vistos y tenidos en cuenta; por eso me dio también hasta ternura el ver como muchos prefieren hacer que no me ven para no irrespetar ni incomodar. Lo ideal es que todos aprendamos a ser vistos y conocidos por lo que somos y no por cómo nos vemos y sobre todo que tengamos en cuenta que el significado de las palabras y las miradas depende del sentimiento y la intención que les da vida y el gesto que las acompaña.