lunes, 3 de mayo de 2021

DIA 3: LA EDAD DE LA INOCENCIA

Día 3 de 28 Camino a los 52: LA EDAD DE LA INOCENCIA...
En mis Primeros 5 años, aprendí a caminar y a hablar; mi mamá me cuenta, que desde muy pequeña lo hice con mucha fluidez… Lo que no imaginaba en ese tiempo, era que, con los años, me volvería conferencista.
Era el centro de atención y me robaba las miradas, pero no me daba cuenta de eso y quizás a veces hasta lo disfrutaba y me aprovechaba. Los niños con acondroplasia en los primeros años, nos ganamos la atención de todo el mundo, en ocasiones podemos terminar hostigados porque llegan a vernos y tratarnos como bebes eternos y quieren mantenernos alzados y abrazados. Creo que algo que me quedó de todo eso, es que no me gusta que me agarren la cabeza y mucho menos los tratos especiales.
En este tiempo vivimos 2 años en Bogotá, era amiga de un loro, un perro pequinés y algunos adultos. Lo mejor fue que me convertí en la hermana mayor de un lindo niño, que se convertiría en mi compañero de juegos y fiestas en mi infancia y adolescencia.
A esta edad la llamo la edad de la inocencia; pude ver como mi hermano se convirtió en mi gemelo de tamaño y lo vi crecer más alto que yo. Pero nunca pensé que fuera por alguna condición, simplemente, era parte de la diversidad y creatividad del mismo Dios; él rubio, yo trigueña, él alto, yo bajita.
En mis primeros 3 años, amaba a mis niñeras, las acompañaba en sus oficios, era muy quieta y juiciosa; me llevaban a todos lados, mi papá me llevaba en sus viajes relámpagos a Cartagena, porque no pagaba pasaje e iba sentada en sus piernas.
Para mis 4 años, ya estábamos en Cartagena y fui a la Escuela, al Liceo Freud; era un colegio pequeño, en el que entré a hacer Kínder (Hoy Jardín); no recuerdo haberme sentido diferente; en esas edad y en ese tiempo, los niños tienen una mirada transparente y no discriminan las diferencias; pero sí recuerdo mi interés por las letras, pues fue a mis casi 5 años, iniciando Preparatorio (Hoy Transición) que aprendí a leer; recuerdo que me salía de mi salón y me asomaba en el salón de Primero, para ver las clases y leía desde la puerta lo que la Profesora escribía en el tablero y al preguntar a sus alumnos quién había leído, los demás niños le decían que era yo. Por eso, Vicky que así se llamaba, tomó la decisión de sugerir que me promovieran al grado Primero (1°) y mis padres aceptaron felices y orgullosos, a la vez que se dieron cuenta que era el momento de cambiarme de Colegio a uno más grande y Llegué al Colegio Nuestra Señora de la Candelaria; allí empezó mi vida social y mucho más… Esa historia se las cuento mañana.
En mi edad de la Inocencia, ya era hermana mayor de un hermano, ya leía e iba a la escuela, hablaba más que una cotorra, era la Reina del Titi (mi abuelo) y la niña de los ojos de mi Papá, quien me subía a sus hombros para hacerme sentir que podía aprender a vivir con grandeza y alcanzar mis sueños. (Kary Rojas - En Vano no he Vivido, camino a los 52)




DIA 2 DEL 1 AL 28: VENCIENDO LOS NO PODRÁ DEL MUNDO

Día 2 de 28 camino a los 52:
Durante el primer año, no sabía nada, lo único que sabía era que me sentía feliz y amada.
Nací sin sentido del olfato, respiraba por la boca, y llevaba flema permanente hasta los 16 años, y hasta la fecha ya no tengo flema, aprendí a respirar un poco, no muy bien por la nariz, y no conozco los olores, pero en realidad eso no me ha hecho falta.
Aprendí a levantar la cabeza y sentarme, cosa muy difícil en los niños con acondroplasia; por tanto, si para muchos esos no es nada, para mis padres, ver en eso en mí, era parte del milagro que se iba manifestando, el cual iba rompiendo todos los presagios que les dijeron cuando nací.
Di mis primeros pasos un poco después de cumplir mi primer año, otra teoría de los "No podrá" que rompí.
En ese momento, muchas preguntas de mis padres no tenían respuesta; pero el tiempo se encargaría de eso y más.
Vivía en ese tiempo, como cualquier niña de mi edad, con la diferencia que muchos tenían todos los ojos puestos en mí, por el molde con el que fui soñada y creada por Dios, que rompía un poco los esquemas; y también con la atención y sugestión de que según los médicos de ese tiempo, cualquier estornudo era muy delicado en mi.
Contaba con un hermano mayor, que se sintió al principio desplazado por quien se convirtió en la Reina del Titi (mi abuelo materno), pero ese mismo hermano, sería el que me enseñaría a ser fuerte y no dejarme montar ni achicopalar de nadie.
No recuerdo nada de ese primer año, solo lo que me cuentan; pero en esas fotos se contempla una mirada llena de paz y una sonrisa pícara que no solo demostraba que era una niña muy amada, sino que me sentía feliz.
(Kary Rojas, camino a los 52, porque no he vivido en vano y todas las historias merecen ser contadas)



DEL 1 AL 28 (CAMINO A LOS 52 - VIVIR CON ACONDROPLASIA)

                                         

Día 1 de 28 (cuenta regresiva):

Creo que es la foto que tengo más antigua, en la que aparezco más pequeña, tenia como 4 meses. Allí todo era incierto. En 1969 se creía que una niña con acondroplasia no viviría más de 10 años, no caminaría, no podría hacer o lograr muchas cosas, y por eso, muchos "No podrá" se pronosticaron. Lo que no sabían ni imaginaban, era que esa niña iba a romper todos esos paradigmas y prejuicios...
En esos tiempos el enanismo estaba muy estigmatizado, me cuenta mi madre, que me llevaron a muchos médicos y personas a ver qué se podía hacer para curarme, y que ella especialmente, tenía mucho miedo, no solo por mi presente y futuro; sino también de llegar a tener otro hijo, porque pensaba que se repetiría la condición, por el desconocimiento que había de ella; hasta que supo que yo era su premio mayor y que conmigo, se ganó la lotería.
Y hoy sigue disfrutando de ese premio, y se ganó otras 3 loterías más con mis hermanos, porque todos somos diferentes y cada uno le ha dado muchas satisfacciones y razones para sentirse afortunada.
Puedo decir entonces y me lo repito todos los días, que no he vivido en vano.
(Me preparo para los 52 y cuento mi historia con 28 fotos, en cuenta regresiva, para celebrar y agradecer la vida)